Wednesday, December 5, 2007

DERELICTUS II
Una cruda, como la realidad


Verónico:

Qué cruda, hasta cruda moral traigo.

Camarada Espejo:
Pa' que veas; eso te pasa por cambiar el análisis del destino de nuestro mundo por el refugio del table.

Verónico:
Siento como si fuera a vomitar el alma.

Camarada Espejo:
Entonces la vas a echar fuera y en grumos cuando te enteres de lo siguiente. Mira...

Verónico:
¡Ah! Le quitaron el triunfo a Eufrosina Cruz Mendoza en las elecciones por la alcaldía de Santa María Guiegolani, en Oaxaca... ¡por ser mujer y profesionista! ¡Según los usos y costumbres del lugar!

La Porra:
Eso le pasa por llamarse como la mamá de Memín Pinguín.

Verónico:
Espera, deja devuelvo el estómago. (Se escuchan sonidos más guturales que el de las entrañas políticas de México.)

La porra:
Qué feo huele, ¿pos qué tomaste, vato, pesticida? Tómate una cheve, veneno mata veneno.

Camarada Espejo:
Y mira lo otro...

Verónico:
¡Hubo antialcohólicas anoche martes, aquí en Regiolandia! Pero si esto está de risa: observadores ciudadanos que se trajeron de colonias marginadas, y que capacitaron de manera express por dos horas, para algo que no se requiere más que una sencilla explicación... ¡por el santo Buda de Atocha!

Camarada Espejo:
Y esos observadores eran cosas así como gestores sociales, jefes seccionales... ¡liderezas!

Verónico:
Como para hacer la segunda parte de "La Ley de Herodes", pero más surrealista. Oye, con esta segunda noticia ya se me alivió la cruda.

La Porra:
Vamos por unos tacos a la central de autobuses.

Camarada Espejo:
Son más variables, que se pueden agregar al análisis del destino de Monterrey, ¿no? Para los anales de la Historia.

La Porra:
¿Los anales de la Historia, dolieron?

Verónico:
Es que es tremendo todo lo que está ocurriendo, que me parece está intrínsecamente relacionado con las decisiones que se han tomado a lo largo de las décadas; estos hechos son en sí consecuencias que se encadenan con eslabones de estupidez e ignorancia, una tras otra.

La Porra:
Ya empezaste con tus pendejadas.

Verónico:
Y tú bien podrías "trabajar" de policía o agente de tránsito. Recuerdo uno, en un operativo antialcohol, sobre Fleteros, junto a Galerías: sólo habíamos tomado dos copas de vino tinto con la cena, y yo trataba de decírselo al "oficial" (¿cuál oficio?) que platicaba con un amigo, que era el conductor, y el agente (detergente), haciendo gritar a sus genes, me conminaba a que me callara y que me subiera al coche, porque no era conmigo con quien platicaba; la libertad de expresión y de tránsito ahora dependen de los humores sobacales de los "inoficiales" de tránsito.
Y esto se relaciona con lo de Eufrosina, en Oaxaca; es decir, el estado de derecho es, más bien, un izquierdo... ¡el huevo izquierdo que se le hincha a quien tiene el garrote en la mano!

Camarada Espejo:
Ya te estás hiperventilando.

La Porra:
Mejor vamos por las chelas de la cruda.

Verónico:
No sé, a lo mejor.

Monday, December 3, 2007

DERELICTUS I

DERELICTUS I
¿Cuál es la interrogante para la respuesta?


Vivimos en un mundo que en realidad es muchos mundos, con diferentes niveles de conciencia, distintas aspiraciones y múltiples formas de percibirlo. Muchas dimensiones que están dentro de la que parece sólo una.
Esto origina en mí la motivación de llevar a cabo un ejercicio de análisis de la realidad; mas, y de acuerdo con la pluralidad de la realidad, se me ocurre practicarlo como una suerte de diálogo dramático; utilizando, incluso, un recurso inspirado en el coro griego, como la voz de la conciencia popular. En este caso, y partiendo de mi particular contexto regiomontano (de Monterrey, México), el coro no es un coro, sino una porra (barra, para los sudamericanos), La porra; como una especie de conciencia de cariz futbolero.
Habrá, en el transcurso del desarrollo de este ejercicio, más personajes; como Verónico, por ejemplo, que cuestiona y analiza socráticamente el mundo.
Comienza.

Verónico:
¿Cuál es el destino de nuestra ciudad, Monterrey, y de nuestro país, México? ¿El del mundo? ¿Vale siquiera la pena plantear esta cuestión? Muchas interrogantes en un tiempo interrogante. Pregunta de la pregunta: ¿por qué surgen estas interrogantes? Y ulteriormente, de ser posible, ¿tendrán respuesta y solución? Aquí la respuesta no es la solución.

La porra:
'Pérate, bato. No se clave, mejor échese unas cheves y vamos a ver el juego al table.

Verónico:
Pero qué tantas cosas veo y percibo, como variables, para que crea darme cuenta de que algo terrible está sucediendo, y que se dirige hacia la absoluta perdición...

La porra:
Ah, que la madre... ¡vamos por unas cheves!

Verónico:
Oquei, órale, sobres, unas cheves, pues.


Gánix Charles
San Pedro, 3 de diciembre de 2007.

Wednesday, October 10, 2007

A una musa desencajada

A una musa desencajada


Los arcos de tus cejas se preparan,
distingo el carcaj detrás de tu gesto,
disparas los gritos como flechas,
buscan un corazón jugoso,
el mío, el de todos los incautos.

Estás fuera de tu belleza,
como nudo de corbata:
inútil, pero necio;
eres obstinadamente imperiosa.

Los imprescindibles qués para tus cómos, cuántos, cuáles y demás qués

Ante tu pedestal me inclino

Francisco de Quevedo y Villegas. Es posible que yo sea la reencarnación de este escritor español; en dado caso, las preguntas y respuestas que aquí presento debajo, y que pongo a sus órdenes, quizá sean una suerte de segunda parte de las preguntas y respuestas que mi yo antepasado dejó inconclusas y en pospretérito. En caso de que no exista la reencarnación y yo no sea más que el yo de de esta vida, esto no será otra cosa más que un humildísimo y servil homenaje al miope misógino que tanto se divertía con la estupidez de los demás, pero que no gozaba de la carne como ellos.

En vista de que, en cualquier caso, el presente trabajillo vale como tributo, que eso sea a final de cuentas.

Vale.

Soluciones para las cuestiones que no te dejan dormir tranquilo, pero que al leerlas ya podrás hacerlo


1.- P. ¿Cómo me rasco?

R: Como si fueras a obtener un orgasmo. Hazlo con vigor y convicción; con pasión. Imagínate que fueras a rescatar a la princesa del dragón del tesoro; o por lo menos al tesoro.


2.- P. ¿Para qué sirve el cielo?

R: Para verlo. De noche es mejor, porque se ven estrellas.


3.- P. ¿Qué se hace después de bostezar?

R: Cerrar la boca. Practicar la prudencia.


4.- P. ¿Cuántas ganas se deben tener para ir al baño?

R: Estas son inversamente proporcionales a las ganas que tengas de exterminar de tu cuerpo las cervezas con las que amorosamente lo has rellenado.


5.- P. ¿Por qué los monterreyenses manejan tan mal?

R: Porque son de Monterrey. Pero eso no es una respuesta, es una tautología. Ah, y no son “monterreyenses”, sino “regios”.

P. ¿Y la respuesta?

R: ¿Quieres unos chingazos?


6.- P. ¿Qué hago con un perímetro?

Rodearlo; no te compliques, simplemente, rodéalo.


7.- P. ¿Cuál es la mejor manera de escupir?

R: Hacia fuera y hacia abajo.

Por supuesto, si el escupitajo es recibido accidentalmente por el cuerpo de alguien, no es que eso sea mejor (si es con gargajo viscoso y sólido puede que sí sea mejor; como un premio en especie), pero diviértete y ríete en su cara, hasta que él o ella se contagien y también rían. Si te golpean, no desistas, inténtalo de nuevo. Escupe.

La cuestión es que todos nos bauticemos de jocosidad.


8.- P. ¿Cuál es la mejor manera de mentarle la madre a alguien?

R: En primer lugar, hay que hacerlo con fervor, como si fuera una suerte de devoción religiosa. Haz de cuenta que le estuvieras pidiendo un milagro a algún santito; pero una petición como de rayo; porque (y eso nos lleva al segundo e importantísimo punto:) una mentada de madre tiene que ser directa, efectiva, rápida, como un gancho a la quijada… ¡como un rayo!, para que en verdad sea una mentada real.

Punto número tres: queda a tu propio riesgo el que dejes la mentada a un nivel meramente mental; allá tú con las agruras por dejar que la mentada se pudra dentro de ti. El punto; articula bien las palabras de la mentada de madre, para que éstas salgan claras, brillantes, fuertes y cargadas de todo el poder semántico que el receptor de la mentada de madre se merece.


9.- P. ¿Qué hay entre el aire y yo?

R: ¿Cómo sabes que estás tú? ¿Tienes acaso la certeza de no estar en medio? ¿Y si no estás?


10.- P. ¿Cuánto mide una caja?

R: Esa pregunta está fuera de lugar, ya que es un absurdo que contradice cualquier planteamiento lógico. Pero ya que lo preguntas, responderé algo te satisfaga a ti a y a tu pregunta.

Respondo: la medida de la caja debe ser proporcional a la medida del vacío.


11.- P. ¿Con qué mano me debo sacar los mocos, y cuántos puedo sacarme?

R: Depende de tu gusto por la sal y tu tendencia política.


12.- P. ¿A dónde voy?

R: Con toda certeza, hacia tu muerte. Despejada la duda, puedes ya morir tranquilo.


Gánix Charles